En mi opinión, la representación estudiantil en el Modelo de la Organizaciónde Estados Americanos (MOEA) significa más que llevar el nombre de la Universidad a otras fronteras; es sinónimo de preparación, estudio y liderazgo. Es una experiencia que permite tener la investidura diplomática para abordar temas de la agenda americana, representando una nación distinta a la nuestra. La participación en el MOEA puede describirse en diversos aspectos. Pero, ¿vale la pena ser parte de la delegación que participa año a año en nombre dela Universidad Simón Bolívar?
Sin temor a equivocarme, creo que participar en el MOEA es una oportunidad de aprender a trabajar en equipo, trazar metas y cumplirlas, seguir los sueños y comprender que la frase “no se puede” esta fuera de contexto cuando los objetivos están claramente definidos. En primer lugar, se practican los valores de tolerancia, respeto y solidaridad cuando las conductas de cada miembro de la delegación convergen y el espíritu del equipo prevalece sobre cualquier diferencia individual o grupal; por otra parte, la constancia y dedicación se tornan en puntos guías para enfrentar las adversidades que se viven durante el tiempo de preparación, quedando como elementos característicos de la personalidad para el transcurso de nuestras vidas.
Br. Wilmer Forghieri de pie presentando un discurso a favor del proyecto de resolución de una delegación amiga en el XXIX MOEA 2011.
En el mismo sentido, se mejoran las técnicas de oratoria y se practica la diplomacia para conocer las realidades políticas de América, sus problemas, actores e ideologías; además, se estudia a profundidad la situación de un país distinto al propio, permitiendo un enriquecimiento cultural y la oportunidad de ser agentes de cambio con criterio propio; es decir, jóvenes críticos que plantean soluciones viables en temas que afectan directa e indirectamente nuestro porvenir como generaciones futuras, procediendo en la toma de decisiones, por medio del consenso como embajadores en el principal foro político del Hemisferio.
Es indispensable como jóvenes americanos conocer el funcionamiento de nuestro continente, sus instituciones y la posición oficial de cada nación que lo conforma, debido a que resulta fundamental para nuestra formación como líderes del Hemisferio, encargados de mejorar el presente para construir un mejor futuro. Si empezamos a involucrarnos desde ahora en la toma de decisiones, podemos crear una mejor América.
También, se aprende a valorar el lugar donde vives en todos los aspectos, porque hay un sentimiento de identidad nacional cuando se observa a otras personas actuar como si fueran nacidas en el país, defendiendo sus intereses en determinados tópicos, aun cuando la realidad de ellas sea distinta y sus posiciones contradictorias a las planteadas en el MOEA; se aprende a querer lo propio y a trabajar por un mejor progreso.
Hay un sinfín de beneficios en el ámbito personal; por una parte, se forjan grandiosas amistades, considerando que durante cuatro días se comparte y aprende junto a jóvenes provenientes de distintos países y continentes, personas que se conocen en principio por medios electrónicos y luego, a pesar de la distancia se conserva el valor de la amistad y los momentos vividos en el MOEA. Por otra parte, se cultivan conocimientos sobre las diversas costumbres del país sede, las tradiciones que se conservan en el tiempo y la historia que ha llevado a crear la sociedad actual. Se enriquecen los valores y se expande el conocimiento al tener un acercamiento con personas de todas las culturas; es indescriptible el sentimiento de fraternidad que se crea durante la experiencia del Modelo.
En definitiva, vale la pena ser parte de la delegación que representa a la Universidad Simón Bolívar en el MOEA Hemisférico. En lo particular, participar como miembro de la Tercera Comisión en nombre de Barbados en 2010 y como Jefe de Delegación de Costa Rica en 2011, sirvió para concebir una nueva percepción de vida; he aprendido que la mejor manera de mediar conflictos, resolver problemas y llegar al consenso es a través de la vía diplomática. Ser delegado en dos oportunidades ha sido una responsabilidad que abarca aspectos personales y académicos; debido a que representar a nuestra nación en el extranjero significa demostrar la capacidad de asumir retos de cualquier nivel y enaltecer los principios de excelencia académica que con esfuerzo y dedicación he obtenido.
Las características que un estudiante debe poseer para formar parte de la delegación, es la disposición de asumir nuevos retos y trabajar incansablemente para lograr todos los objetivos planteados, en virtud de elevar el nombre del país frente a las demás naciones hermanas presentes en el MOEA.
Br. Wilmer E. Forghieri V. Delegado Tercera Comisión, XXVIII MOEA 2010 Delegado Comisión General, XXIX MOEA 2011