Antes de iniciar con la política de comercio exterior de los Estados Unidos de América es necesario definir con exactitud lo que significa “TLC”, éste significa Tratado de Libre Comercio y es un conjunto de reglas en donde dos o más países acuerdan vender y comprar productos y servicios. Todos los TLC están regidos bajo las normas establecidas por la OMC, Organización Mundial de Comercio o simplemente por mutuo acuerdo entre los países participantes.

La finalidad de un TLC es aumentar el mercado tanto de productos como de servicios entre los países que en este participen, para ello se efectúa la reducción o sencillamente la eliminación de derechos arancelarios a los productos objeto de comercialización.

Los objetivos básicos de un TLC son: la reducción significativa o la eliminación total tarifaria que posean los distintos productos objetos de comercialización entre los países participantes, un TLC ayuda a conseguir el aumento de las oportunidades de inversión y mayor seguridad a los derechos de la propiedad intelectual, propiciar una competencia justa en el mercado internacional, la fomentación de la cooperación como herramienta para la conquista de futuros modelos de integración económica.

Ahora bien, los Tratados de Libre Comercio suscritos por EE.UU en el hemisferio americano se inician el 1 de enero de 1994 cuando entra en vigencia la creación de un bloque comercial  de tipo regionalista con el entonces  presidente de México Carlos Salinas Gortari. Éste fue conocido como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, dicho bloque se encontraba constituido por Estados Unidos, Canadá y México. 

Dentro de los objetivos principales de este bloque comercial se pueden citar: la eliminación de las barreras al comercio, la facilitación del movimiento de bienes y servicios a través de los fronteras nacionales, la promoción de las condiciones para la competencia justa, el aumento de las oportunidades de inversión, proveer protección adecuada y efectiva y asegurar el cumplimiento de las leyes sobre los derechos de propiedad intelectual, crear procedimientos efectivos para la implementación y aplicación del Acuerdo para su administración conjunta y para la solución de controversias, y establecer una base para ampliar la cooperación bilateral, regional y multilateral entre los países.

Desde 1994 hasta entonces Estados Unidos ha firmado suficientes TLC con múltiples países pero en lo que respecta al continente Americano podríamos citar otros tratados de libre comercio como los siguientes:

Tratado de Libre Comercio entre  Republica Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos de América (CAFTA), es un tratado de libre comercio que busca la creación de una zona de libre comercio entre los países firmantes que son: Estados Unidos, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.

Las negociaciones de este tratado se iniciaron en el año 2003 para todos los países a excepción de República Dominicana, concretándose la adopción del texto para todos los países involucrados, en 2004 y entrando en vigor en distintas fechas para cada país a partir de 2006. El CAFTA es un tratado de libre comercio que al igual que otros busca las mejoras en el ámbito comercial en cuanto a las tarifas arancelarias, movimiento aduanero, origen de los productos y las reglas internas para el tráfico de mercancías de cada país miembro, con la asaduría de ser un tratado que por los aspectos relativos a producción higiénica y protección al medio ambiente y respeto a los derechos de propiedad intelectual e inversión tanto pública como privada.

En si múltiples son los tratados suscritos por parte de Estados Unidos en el continente Americano aparte de los 2 mencionados anteriormente, debemos tomar en cuenta que mucho más allá  de una suscripción dentro de bloques  económicos que conlleven la cooperación y una unión aduanera regional para el favorecimiento del proceso de comercialización entre los países del continente americano, el gobierno norteamericano ha optado desde hace más de 15 años por relacionarse bilateralmente con gran cantidad de países suramericanos mediante los TLC, por  ejemplo: el Tratado de Libre Comercio Perú-Estados Unidos firmado en abril del 2006, el TLC firmado por Chile y Estados Unidos en el  2003,  el TLC por parte de Estados Unidos con países de suramérica pertenecientes al ATPDEA, el TLC firmado por Colombia el pasado 10 de octubre del 2011, entre otros.

Es importante realizar la observación y el estudio de los TLC que durante los últimos tiempos ha venido suscribiendo los Estados Unidos en el hemisferio americano y específicamente con países suraméricanos no sea estudiado continuamente desde el punto de vista de los beneficios económicos, es necesario que como estudiantes de la materia y participantes de modelos económicos evaluemos los resultados obtenidos en los últimos tiempos con la utilización o creación de estos tratados.

Como venezolano y como suramericano surge la necesidad de expresar la preocupación que invade a mi persona ya que si bien un tratado de libre comercio amerita a las partes firmantes mayor facilidad del intercambio comercial, reducción o desaparición de tarifas arancelarias en los diferentes productos objetos de comercialización, incrementación de la inversión en los distintos países, protección de la propiedad intelectual, entre otros beneficios, también puede producir a cualquiera de las partes perdidas graves, en el caso de suramérica podemos notar con claridad que en su gran mayoría a los países  no le es conveniente el uso de los TLC ya que para los países subdesarrollados la expresión “libre comercio” se resume en: quebrantamiento del aparato productivo, bajos salarios, gran tasa de desempleo, entre otros. Sin embargo la solución no debe ser la no negociación ni la no suscripción en diferentes tratados ya que como todos sabemos Estados Unidos es un país económicamente independiente y por ello podríamos beneficiarnos todos los países del continente americano, es decir, podemos ver a esta gran potencia como aquella nación impulsora de las economías que lo rodean. Por ello, la solución podría estar en la negociación paritaria entre naciones, causando una inclusión de todos los sectores productivos de todos los países remitentes en los diferentes tratados, en el apoyo de ambos suscriptores en el ámbito de la productividad cuando se refieran a tratados bilaterales, en la incrementación de la inversión y producción empleo en los países más necesitados, entre otros.

Es por este motivo que se necesita en primer lugar antes de realizar TLC entre diferentes naciones, estudiar objetivamente las capacidades y oportunidades que se tienen como nación a nivel individual, para de esta manera poder observar cuáles son nuestras carencias y principales necesidades económicas y así poder comenzar a solventar nuestras debilidades y posteriormente  en segundo lugar evaluar las capacidades que tenemos para ayudar o cooperar a través de un tratado comercial a otro país, sin embargo este proceso de evaluación debe ser transparente ya que no es lo más honrado aprovecharnos como nación de los recursos que posea otra ya sean financieros, sociales o culturales.

 

Félix Odremán                                                                                                     T.S.U. Administración Aduanera                                                                                            Universidad Simón Bolívar